Hoy nos acompaña Gustavo Castillo, más conocido en el mundo del pádel como «Cuchu». Originario de Bahía Blanca, Argentina, Cuchu ha sido una figura clave en la expansión y popularización del pádel en el sur de América. Desde sus inicios en la Patagonia argentina hasta su consolidación como director deportivo en La Serena, Chile, Cuchu ha vivido en primera línea el crecimiento de este deporte. Con una carrera que abarca más de tres décadas, incluyendo desafíos como la pandemia y el reciente boom post-pandémico del pádel, su historia ofrece una visión única sobre la evolución de este apasionante deporte. Acompáñenos mientras exploramos la trayectoria de un verdadero pionero del pádel, sus aprendizajes y su visión para el futuro.
Los Inicios de «Cuchu» Castillo
Nación Pádel: Cuchu, has sido un referente importante en el mundo del pádel nacional. ¿Podrías contarnos cómo comenzó tu relación con este deporte y cómo fue tu trayectoria desde tus inicios en Bahía Blanca hasta llegar acá al club 4 esquinas?
Gustavo (Cuchu) Castillo: Mi nombre es Gustavo Castillo, pero en el mundo del pádel me conocen casi universalmente como Cuchu pádel. Soy originario de Bahía Blanca, Argentina.
Alrededor de 1986-1987 me trasladé al sur argentino, a Ushuaia y Río Grande, donde realmente empecé a aprender y a sumergirme en el mundo del pádel, a pesar de que inicialmente no había canchas disponibles en la región.
En 1990, a mis 28 años, yo seguía trabajando en Río Grande. Por esa época, gracias a una ley que eximía de impuestos a las fábricas en zonas australes, se empezaron a montar las primeras canchas de pádel en algunos galpones. Estas primeras 4 canchas de cemento fueron una iniciativa de Mario Ismaendi y Antonio Cifalá, dos argentinos que residían allí. Esta situación coincidió con un auge en la popularidad del pádel, especialmente entre los trabajadores de fábricas que, como yo, habíamos migrado desde el norte del país.
Un día llamé a mis amigos para preguntarles en Buenos Aires quién dictaba cursos de pádel, porque yo había tenido la inquietud de unas compañeras de trabajo de la fábrica de National Panasonic, que querían que les enseñara. Entonces, acá entre nosotros, yo les enseñé de buena onda, porque me lo pedían y a veces por hacerme el galante. Y de decir, bueno, tengo la opción de conocer más gente y demás. Me dijeron que, en septiembre se llama Jorge Nicolini, con quien soy muy amigo. Y me fui, pedí permiso en la fábrica donde trabajaba, metí una chiva, como decimos aquí en Chile, de que tenía un familiar enfermo y fui una semana, era una semana completa el curso. El curso combinaba teoría en las mañanas y prácticas en las tardes y, tras completarlo, obtuve la certificación necesaria para enseñar pádel.
En semana santa del 91 participé en la inauguración de un club de pádel en Punta Arenas, Chile, evento que también incluyó un torneo patagónico con representantes de Punta Arenas, Santiago, Río Gallegos, Río Grande, Ushuaia, Calafate, y otras ciudades. La respuesta fue abrumadora, con 1500 personas pagando por ver el torneo. Viendo el entusiasmo y el potencial mercado, propuse a los dueños del club en Punta Arenas desarrollar un programa de clases y actividades. Me dieron el ok y poco después, ya estaba plenamente establecido como instructor en Punta Arenas.
Partí en el club Lets Play y El Túnel, y después 100% en el club Lets Play. Trabajé en Punta Arenas hasta 1994, Ahí llegó Diego Suárez quien actualmente es head coach de Adidas en Europa, a quien le pasé en mano 360 alumnos cuando decidí trasladarme a La Serena con el dueño del club y otro socio: José Sánchez.
En La Serena, introdujimos canchas de vidrio, que en ese momento construía y vendía Vidrios Lirquén. Entonces empezamos con cuatro canchas, nos fue muy bien, costó al principio, andábamos con polera, un jeep completamente lleno de publicidad del pádel, el club se llamaba Glass Padel, por el tema de las canchas de vidrio, y empezamos la onda del pádel, hasta que la gente empezó a meterse y a masificarse.
Este proyecto fue muy exitoso y nos permitió consolidar un punto de encuentro importante para la comunidad de pádel.
Expansión y Primer Boom del Pádel
Cuchu Castillo: En el año 92, se celebró en la Expo Sevilla el primer mundial de pádel. Nosotros llegamos aquí en el 94, montamos las canchas y casi inmediatamente fue el segundo mundial en Mendoza. Entonces, había como una efervescencia por el pádel mundial, era un boom.
En esa época, el segundo mundial de pádel, y hoy vamos por el vigésimo, del absoluto te hablo, cachai. Entonces prendió, y esto de los mundiales, que se celebran cada dos años en años pares, fue como un despegue que duró hasta el 2000. Y ahí tuvo como una pequeña caída, por unos 4 o 5 años, pero a nivel nacional se jugaba, aunque menos. Era más que nada que jugábamos los mismos de siempre.
El Renacimiento y la Pandemia
Cuchu Castillo: Y después fue como una explosión de nuevo, desde el 2010. Ahí empezó a remontar de nuevo. Como todo el mundo sabe, cayó por el tema de la pandemia. O sea, en la pandemia la vimos mal todos. Todo el circuito, que es, digamos, lo que genera el deporte, desde los dueños de clubes, los profesores, los fabricantes de palas, bueno.
NP: Todo el ecosistema.
Cuchu Castillo: El ecosistema, esa es la palabra clave. El ecosistema cayó completo. Y al caer completo, bueno, la padecimos, nos tuvimos que reinventar en otra cosa. Trabajábamos clandestinamente en horarios que nos dejaban jugar fuera de hora, porque quedó aprobado que el pádel se podía jugar porque era 50 metros cuadrados separados. Entonces, jugábamos de 6 a 9 de la mañana. Después jugábamos en la tarde. El club, como tú lo ves, era de fácil acceso. Entonces, en la época de pandemia, al principio fuimos rigurosos, como todos. Pero después avalaron el juego y manteníamos los horarios que se permitía jugar. Y nosotros, los profesores, bueno, tuvimos mucha ayuda de la gente que nos compraba packs de clases.
NP: A futuro.
Cuchu Castillo: A futuro, una inversión a futuro. Porque en algún momento la pandemia se iba a acabar o se iba a poder jugar. Y bueno, dicho y hecho.
El Boom Post Pandemia
Cuchu Castillo: Después de la pandemia, el boom del pádel fue una locura que duró hasta hace muy poco. En el club, teníamos 15 turnos disponibles cada día, desde las 8 de la mañana hasta la medianoche, y solíamos llenar 14 de esos turnos por cancha. Algunos clubes incluso empezaron a abrir más temprano, a las 7 AM, por la demanda tan alta. Aunque este fenómeno fue positivo para quienes ya estábamos en el negocio, también atrajo a muchos nuevos jugadores e inversionistas que, aunque tenían el capital económico, carecían de conocimiento sobre el negocio del pádel.
Particularmente en Santiago, en lugares como Chicureo, las canchas se saturaron. La cantidad de complejos deportivos y la densidad de canchas son extraordinarias. Aquí en La Serena, después de estar prácticamente solo durante casi 20 años, ahora contamos con 25 clubes y 120 canchas desde la pandemia. Muchos de estos clubes incluso están haciendo promociones porque no logran cubrir gastos básicos como el mantenimiento y la electricidad, cobrando precios tan bajos como 10 mil pesos la hora.
La expansión del pádel no se limita solo a La Serena, sino que se extiende por todo el país, incluyendo Coquimbo, Vallenar, Copiapó, entre otras ciudades. Aunque es positivo que haya crecido en ciudades como Iquique, Arica, Calama, Vallenar, Copiapó, Antofagasta, La Ligua y Ovalle, la realidad es que hay una saturación de canchas. Hoy en día, para que todos los clubes en La Serena funcionen eficientemente y cada cancha tenga al menos cinco turnos promedio, necesitaríamos alrededor de 2.400 jugadores por día, una cifra imposible de alcanzar.
Es imposible porque, primero, no está la gente. Segundo, por lo económico. Si empiezas a jugar tres, cuatro veces a la semana, más el torneíto. Sí, y todos los fines de semana hay torneos porque, como yo digo, al principio, claro, hacíamos nosotros uno todos los meses o con los chicos de San Vito, cuando llegó San Vito, el segundo club de la ciudad, a instalarse. Claro, decías, este mes yo, el otro tú, el otro yo. Pero ahora hay 25 clubes, entonces todos tienen derecho al torneo del mes. ¿Y cómo haces si el mes tiene cuatro semanas? Es una locura, es realmente una locura que creo que se va a acabar. Y van a quedar los que realmente tenemos una tradición de pádel o los clubes que hacen las cosas bien.
El futuro
NP: ¿Cómo ves el pádel hoy y cómo lo visualizas en 5 años más?
Cuchu Castillo: Actualmente, si el pádel en Chile está en un nivel 7 de actividad, creo que caerá a un 4.8 o 5 en los próximos cinco años, lo que representa una disminución del 30%. Hay una saturación notable en el mercado, especialmente con las palas de pádel. Muchos están invirtiendo sin conocer el negocio, lo que ha llevado a una situación en la que hay exceso de oferta tanto de canchas como de equipamiento. La venta de palas está complicada; los jugadores patrocinados tienen que vender entre 4 y 6 palas como parte de sus acuerdos, lo cual inunda el mercado informal. Además, como te decía recién, ya hay 25 clubes, pero ya hay 4 a la venta. No los terminan de hacer que ya, oye, vendemos las llaves, lo arrendamos, lo alquilamos. Entonces te preguntas, ¿y para qué invertiste si no tenías ni idea?
NP: La rotación de administradores…
Cuchu Castillo: En el pádel hay una alta rotación de administradores y una prevalencia de lo que llamo «pseudoprofesores». Porque hoy cualquiera, sin menospreciar a nadie, y soy un convencido de que todos tenemos derecho a trabajar, ¿no es cierto? Porque todo el mundo tiene derecho a trabajar en este mercado del pádel si quiere, pero soy el más convencido de que se tiene que capacitar.. Esto afecta la calidad de la enseñanza. Hay clubes que cobran precios bajos por las clases, pero luego los alumnos vienen a profesores más experimentados porque no recibieron la instrucción adecuada. Los clubes deberían tener, como club, profesores certificados. O que cada profesor tenga su diploma, ¿cachai? Pero los clubes a veces hacen la vista gorda en eso.
NP: Ahí, a tu opinión, ¿qué instancia podría existir para regular esto? De la federación, los clubes, las asociaciones…
Cuchu Castillo: La Federación de Pádel de Chile (FEPACHI), liderada por Fabián Parolín, desempeña un papel fundamental en este aspecto. A pesar de las críticas, es indiscutible el avance que ha logrado en el desarrollo y organización del deporte en nuestro país. No es que yo tenga, como quien dice, “no, porque tú estás con él, entonces le lames los zapatos o demás”. No, hay que reconocer, yo que soy de la primera ola del Pádel de Chile que, a diferencia de otros países de la región donde el pádel es aún caótico, Chile es reconocido por su buena organización institucional.
Obvio, que te van a criticar por bien o por mal. La federación, cada mes o cada 40 días tiene un curso certificado para la gente. Donde lo dicta Nito Brea, que es un profesional argentino, muy conocido a nivel mundial, y que él viene de Argentina o de donde esté a hacer estos cursos de Pádel de fin de semana. En estos cursos de Pádel haces cursos de monitor 1, monitor 2, monitor 3, etc. Lo que permite a los profesores ir perfeccionándose constantemente. Pero por lo general el 60% o 70% se queda con el título inicial.
Está en cada profesional progresar. Yo hice cursos en el 88, 90, en el 2015 y sigo haciendo, ahora voy a aprovechar esto del mundial en España para ir de oyente a un curso. Siempre en tu trabajo de periodista o en tu revista vas a tener que mejorar. Todos los días hay algo que mejorar. O aprender, porque no somos palabras santas. Siempre puede aparecer alguien que te dice, oye, mira, esto, haciendo esto más simple es mejor ejercicio.
NP: Sientes que lo hacen solo por el titulo, por tener algo
Cuchu Castillo: Claro, que si vos le decís, oye, ¿y tú? No, si hice un curso acá de Pádel, soy profe de Pádel. No, lee lo que dice. Yo certifico que hiciste un curso y saliste como monitor de Pádel. Que no es lo mismo que ser un profesor de pádel ¿Cachai? Es como en la universidad. Primer año de abogacía no te hace abogado, tienes que pasar el segundo, tercer, cuarto año de abogacía… Que no varía mucho, pero tienes que comerte la etapa.
NP: Te vas especializando, es más detallista.
Cuchu Castillo: Claro, ahí hay más detalles que te van dando, porque tienes que también ser razonable que, en dos días, de la nada, no puedes ser un mago de recibir información. Y al lunes ya venir y ser el mejor profesor. Yo no me creo ni el peor ni el mejor y llevo treinta y tantos años dando clases, donde en promedio doy ocho a nueve clases diarias y llego a golpear unas cinco mil veces por día, he aprendido que siempre hay espacio para mejorar.
Por ejemplo, aquí tenemos dos profesores más con los que siempre estamos sapeando lo que publica alguien de España o de otro país, a ver, uy, mira, viste. ¿Cómo lo podemos hacer acá? ¿Viste cómo? ¿Cómo implementó este? ¿Viste cómo implementa aquello otro? Oye, te paso a este alumno, hazle un par de clases, a ver si tú le sacas más el trabajo de ataque y yo le veo la defensa, siempre en pos del bien de ofrecer un buen servicio y pensando que el alumno se vaya conforme y se refleja en cómo hablan de nosotros y en su decisión de volver a nuestras clases.
Yo tengo la suerte que, la verdad, no puedo decir que todos hablan bien de mí, pero hay un noventa por ciento que vuelven a las clases y tengo mucha gente de Santiago. Recomendada también. Sí, vienen de Antofagasta, vienen de Illapel, vienen de Salamanca, vienen de Los Vilos, me ha tocado ir a Copiapó a dar clases. O sea, no me puedo quejar, he dado clases en la minera Los Pelambres, o sea, por todos lados. He tenido propuestas para irme a otro lado, no me he ido porque Cuatro Esquinas es muy cómodo para mí. Es cómodo. Es cómodo, porque soy como el Boss, como tengo una alumna que me dice, hola, Boss.
Cuchu Castillo y Desafíos enfrentados en su vida en el pádel
NP: Una pregunta que siempre les hacemos a nuestros entrevistados es, ¿qué desafío encontraste en tu trayectoria que consideras que fue clave para que siguieras o que te pudo hacer cuestionar seguir en el mundo del pádel? Y que superaste y dijiste, sabes qué, sigo en esto.
Cuchu Castillo: El primer desafío fue pararme frente a una persona, darle indicaciones de pádel y que entendiera, explicarles técnicas específicas y ver que realmente asimilaban y aplicaban lo que les enseñaba. Esa fue mi primera gran prueba. Luego, trabajando con jóvenes, enfrenté desafíos diferentes, especialmente por la energía y el enfoque que requieren los menores. Sin embargo, el desafío más significativo llegó con la pandemia. Me preocupaba cómo afectaría a mi pasión y capacidad para enseñar. Durante el cierre, dudaba si al volver tendría la misma energía o si podría reencender esa llama por el deporte. No te quedan menos ganas, sino que, la verdad, te pones más viejo y dices, pucha, tendría que hacer esto, o no, pero lo dejo para mañana esto y hago lo otro, ¿cachai? Cuando eres joven le das para adelante y estás todo el tiempo pegado en el pádel.
NP: ¿Sentiste miedo de que no volviera esa energía, ese fuego?
Cuchu Castillo: No diría miedo, pero sí dudas. Me preguntaba si después de la pausa forzada por la pandemia, seguiría sintiendo la misma pasión. Entonces ese era mi miedo el de… encarar la pandemia y después de la pandemia, volver a dar clases. La persona que te tomaba la clase, si se había cuidado, si no se había cuidado, si yo en mi interior tenía las ganas de seguir, ¿cachai? Bueno, me quedó demostrado que fue prueba superada, porque todavía sigo con las mismas ganas y ahora cada vez más hablo del mundial y no paro.
Ayer eran las tres de la mañana y estaba tonteando, y hoy a las ocho ya estaba en el club y con las últimas clases a las ocho y media. Entonces como que no se acaba esa llama, gracias a Dios, pero sí fue una gran prueba para mí, la verdad. Creo que eres el primero que me hace esa pregunta, como así, para pensarla detenidamente.
NP: Y hacer la reflexión contigo mismo.
Cuchu Castillo: Sí. Eso conmigo mismo fue lo más jodido que… bueno, me han pasado cosas peores, como son las pérdidas de familiares, pero eso fue como muy así… ¿Qué hago? ¿Cómo me va a salir? ¿Tendré las ganas? ¿Este tipo no me contagiará? se habrá cuidado, ¿cachai? Pero bueno…
NP: Pero estás aquí.
Cuchu Castillo: Estamos aquí, estamos bien.
NP: Me gustaría que invitaras al club: ¿Qué palabras le podrías decir a la gente de La Serena o alrededores para que viniera a este club y cómo los pueden contactar? Sé que la mayoría los conoce, pero igual.
Cuchu Castillo: Sí, mira, obviamente, como director deportivo, que ese es el título que me doy aquí, dejo invitada a la comunidad de la Cuarta Región. Decirte que no nos conocen es mentira, porque como dice la mayoría, este es el Templo del Pádel, está ahí el cartel de la entrada, donde dice Pádel Cuatro Esquinas, el templo. Dejamos invitados a todos, a que vengan a participar. Disponemos de ocho canchas de pádel, tres profesores a disposición de cada uno, que puedan venir, tomar clases, una buena cafetería, un buen ambiente, sobre todo familiar.
Y bueno, es una tradición que ahora en agosto cumplimos 30 años, o sea, no somos ningunos nuevos en el tema de pádel. Tenemos toda una vida en el pádel. Cuando poca gente creía en el pádel… Y todavía seguimos, y vamos a seguir por mucho más tiempo, porque no nos vamos a dejar estar. Siempre estamos tratando de hacer cosas nuevas. Así que, ¿dónde nos pueden ubicar? En las redes sociales del club, en Instagram, Pádel Cuatro Esquinas, en los teléfonos del club, el +56 980012394. Por ese número son las reservas, o la mayoría te escriben por Instagram. Todos tienen el teléfono, no se lo negamos a nadie, porque soy un convencido de que siempre brindamos un servicio, estamos a disposición del cliente.
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