Hoy tenemos el placer de conversar con Macarena González fundadora del Club deportivo Padeleras, quien ha hecho una transición impresionante de su carrera en psicología al mundo del pádel. Macarena comparte cómo ha utilizado su experiencia en organizaciones y psicología para fomentar un espacio inclusivo y motivador en el pádel recreativo femenino. Acompáñenos mientras exploramos su historia, los desafíos que ha enfrentado y su visión para el futuro del pádel en Chile.
Nación Pádel: Para empezar, nos gustaría conocerte un poco mejor. ¿Podrías contarnos cómo fueron tus primeros pasos en el mundo del pádel? Nos interesa saber qué hacías antes de dedicarte a este deporte y cómo fue el proceso que te llevó hasta donde estás hoy.»
Macarena González – Padeleras: Bueno, mi nombre es Macarena González, soy psicóloga de la Universidad de Chile y he trabajado toda mi vida en recursos humanos. O sea, la habilidad de organizar cosas con personas la he desarrollado hace más de 25 años que llevo trabajando en este campo. En lo que respecta al pádel, la organización de personas simplemente se fue dando.
Llegué al pádel porque de niña jugaba tenis y en 2017 me quedé sin empleo, esas típicas idas y venidas. Decidí volver al tenis y empecé a entrenar diariamente. Y de repente, mi marido, terminando la pandemia, me sugiere probar el pádel. Me comentó que era muy entretenido y que me gustaría. Él ya lo practicaba desde hace unos años.
Tenemos un cuñado que ha jugado toda la vida, y no entendíamos qué hacía todos los fines de semana, con tanto viaje y tanta ”salida misteriosa”. Así que teníamos una noción de lo que era el pádel. Mi marido me invitó a una clase en las canchas de Zamorano, en ese momento estaba Pato León con Pesce dando clases. Así que mi primera clase de pádel, pasando del tenis al pádel, fue con Pato León.Creo que fue en mayo de 2021, empezando el invierno
Creo que fue en mayo de 2021, empezando el invierno; cuando empezaron a liberar un poco las restricciones de la Pandemia. Y tomé clases en pleno otoño.
Me encantó, porque obviamente en la primera clase podía hacer muchas cosas, viniendo del tenis, entonces mi revés y mi derecha funcionaban muy bien. Hasta que conocí las paredes en septiembre.
Ahí empezó el problema. Como entrenaba con Pato a las 7 de la mañana, los vidrios estaban todos escarchados, lo que me daba cero posibilidad de aprender a jugar con las paredes. Pasaron mayo, junio, julio, agosto y septiembre, hasta que entendí cómo funcionaban. Tuve una muy buena base en otros golpes, antes de poder usar las paredes, que son esenciales cuando uno viene del tenis, para entender que la pelota no solo pasa, sino que también se devuelve.
Así fue como conocí el pádel. Y desde entonces, empecé a jugar y a sumergirme en este deporte. Tomaba clases constantemente, cada semana.
NP: ¿Competías?
MG – Padeleras: No, de mayo a agosto solo tomé clases de pádel. Le decía a Pato: «Esto no se juega solo, necesito un compañero». Un vecino entrenaba conmigo, pero no es lo mismo que jugar. Entonces, Pato me sugirió que me uniera a unas alumnas suyas que ya estaban listas para jugar pádel.
Empecé a acercarme a las otras canchas, onda: «Hola, ¿quieren jugar conmigo? «. En realidad fue más un impulso de «juguemos ya», porque realmente necesitaba empezar a jugar, no solo hacer canastos o pelotear con el profesor.
Conocí a unas chicas que estaban en clases, empezamos a jugar y nos intercambiamos los WhatsApp. Cada vez que jugaba con alguien nuevo que me caía bien y sentía que jugaba de manera justa y tranquila, la agregaba a mi grupo. Y así fui incorporando gente a mi grupo de WhatsApp.
Existían otros grupos de WhatsApp y cualquiera podía unirse, pero yo, que soy más tímida para estas cosas, decidí formar mi propio grupo con personas que jueguen cerca de mi comuna. Soy un poco perezosa para desplazarme lejos y quería gente con la misma onda.
Así se empezó a formar el grupo de padeleras que teníamos en el chat de WhatsApp.
NP: ¿Más o menos en qué fecha fue eso?
MG-Padeleras: Fue en el mismo 2021, hacia finales o mediados del año. Y de repente, vi que Paula José María venía a Chile, creo que fue en diciembre de 2021 o enero de 2022.
No recuerdo exactamente, pero no se me ocurrió nada más que escribir a España, a la persona que la traía, y decirle: «Quiero conocer a Paula José María. La he visto en la televisión varias veces». Me respondieron que iban a estar en Chicureo, Santa Elena, lo cual para mí era muy lejos. Fue un gran sacrificio.
Les dije: «Mira, tengo un Instagram, tengo un grupo, podemos promocionar el torneo que vas a hacer», para poder conocer a Paula. Paula venía a una clínica y se iba a hacer un torneito.
Y nada que ver, porque en realidad no tenía Instagram, así que tuve que crear uno rápidamente en diciembre de 2021. Me puse a subir fotos antiguas, a armar todo.
Colaboré en organizar una categoría de mujeres iniciantes para ese torneo. Y con eso, gané el premio de poder asistir a la clínica de Paula José María, lo cual fue casi un sueño, porque ella es mi ídolo. Pude compartir con ella, tomar su clase y verla en una exhibición. Fue una experiencia muy bonita.
NP: Y bueno, empezaste a hacer crecer este grupo de WhatsApp. Pero, ¿cuándo pasaste a darle más forma, a hacerlo algo más que solo un grupo que tú gestionabas?
MG-Padeleras: Sí, me empezó a generar angustia tener más de 100 personas en el grupo. Llegaba a 100 y comenzaba a eliminar a quienes participaban poco, estaban muy lejos o tenían otros intereses. Así mantenía el grupo de WhatsApp en 100, pero solo dejaba pasar a las mujeres, para mantenerlo cerrado y privado. Me preocupaban los hackers, así que era muy cuidadosa. Sin embargo, seguíamos alimentando mucho el Instagram, y eso nos permitió empezar a atraer algunas marcas que confiaron en este Instagram, que aún no era nada oficial.
Aún no organizábamos torneos formales, eran más bien reuniones improvisadas para jugar. Pero en 2022, hice una especialidad en psicología deportiva, en medio de esa crisis que uno tiene entre los 40 y los 50, donde quieres hacer algo diferente, conocer algo nuevo y combinar lo que te gusta con lo que sabes. Mezclar la psicología con el deporte.
Estaba en una clase con el profesor Bossay, hablando sobre organizaciones deportivas, y como no puedo concentrarme solo en una cosa, ya estaba coordinando a las personas para formar un club deportivo y registrarlo ante el IND. No había que hacer un trabajo ni nada por el estilo en la clase, pero yo ya estaba moviéndome. Tenía a las personas y la metodología, así que lo hice.
Ese mismo día ya tenía una lista de jugadoras de pádel que también querían formar un club deportivo de verdad, no solo un grupo de amigas en WhatsApp o un Instagram un poco más distante, sino un club deportivo real. Creo que ninguna sabía realmente qué implicaba, pero apoyaban todas las locuras que yo proponía.
NP: ¿Qué desafíos encontraste al crear este club deportivo?
MG-Padeleras: Lo administrativo fue lo más complicado. Nos costó bastante al principio porque queríamos registrarlo aquí en la comuna, en La Reina, como organización social. Pero llovía constantemente. Habíamos citado al juez, que era el representante para constituirnos, como tres veces en un club cercano para que firmáramos todas y realizáramos la sesión de constitución formal del club. Y seguía lloviendo. Entonces, en paralelo, me inscribí para pedir una cita en el IND.
Como era época de pandemia, se podía constituir en línea, por Zoom. Así que eso salió primero, nos constituimos ante el IND y no ante la municipalidad. Pero eso fue un tema administrativo, porque además, convencer a las chicas que tenían que pagar una cuota, mandar una carta certificada, reunirlas a todas por Zoom a una hora que preferirían estar haciendo otra cosa, era complicado.
Era una ceremonia formal por Zoom con una jueza del IND. Eso fue todo un desafío. Y solo después de eso se dieron cuenta de lo que implicaba. Todavía, seguimos con muchos trámites administrativos que hasta el día de hoy no hemos terminado. El club deportivo tiene ya dos años constituido.
No habíamos sacado la personalidad jurídica ni realizado el trámite del servicio de impuestos internos porque inicialmente no nos interesaba. Tampoco habíamos abierto una cuenta bancaria porque no teníamos la personalidad jurídica necesaria. Solo queríamos jugar pádel.
Ha sido muy difícil conseguir la cuenta del banco y manejar el tema del servicio de impuestos internos porque todo lo tenemos que hacer nosotras mismas. Pero, por suerte, estamos finalizando ese proceso. Ya tenemos una cuenta y estamos registrados en el servicio de impuestos internos.
Justo estamos cumpliendo dos años de constituidos ahora en julio-agosto, lo que también nos permite participar en fondos concursables.
NP: ¿Tienen un plazo, o sea, una edad mínima para poder participar?
MG-Padeleras: Sí, muchos de los concursos públicos que se presentan en el IND requieren una antigüedad mínima. No es como que me constituyo hoy y mañana ya estoy participando. Hay que postular y mantenerse activo durante un tiempo.
En estos dos años hemos estado entreteniendo a las socias con torneos estilo americano. Claro, porque las socias también exigen bastante; gestionar sus expectativas es otro desafío.
NP: ¿Cuántas socias tienes?
MG-Padeleras: Siempre tratamos de mantenernos en un máximo de 25 socias porque es importante conocerlas a todas. Deben estar muy comprometidas y actuar como embajadoras del Club Deportivo Padeleras. En los torneos americanos de pádel, por ejemplo, se les puede preguntar a ellas sobre las reglas, cómo vamos a jugar ese día. Ellas ayudan en la mesa de control, distribuyendo las tareas.
Todos fomentamos la actividad, cada uno desempeñando un rol específico… Sí, especialmente la tesorera, Claudita Urrutia, que está todo el día manejando los pagos, devoluciones y cobros. Ella maneja los aspectos económicos, y yo prefiero mantenerme al margen de eso, concentrándome más en la organización de eventos, seleccionando fechas, buscando sponsors y coordinando a las personas que van a jugar.
Organizo los torneos americanos considerando las inscripciones. Si se inscriben 20 o 40 personas, la dinámica cambia; defino las categorías para que los juegos sean equilibrados. Conozco a casi todas las participantes, lo cual es crucial porque les preocupa mucho la posibilidad de que alguien se inscriba solo para ganar premios, lo cual es un problema común e incontrolable.
Primero, damos prioridad a las socias para que se inscriban. Luego, abrimos inscripciones al grupo de WhatsApp, donde hay unas 150 chicas que también conocemos. Finalmente, promovemos las inscripciones a través de Instagram y otros grupos. Esas son las etapas para inscribirse en un torneo americano.
Además, me encargo de la relación con las marcas, porque sin premios no hay torneo. Conozco a varias personas y, siendo muy insistente, consigo apoyos. Por ejemplo, me encuentro con alguien y consigo pelotas, o un 50% de descuento en una tienda, o incluso que nos envíen pisco sour.
Trato de mantener una relación constante con las marcas que nos apoyan. Hay varias que siempre colaboran en los torneos. Algunas socias también aportan contactos; por ejemplo, a través de mi Instagram compartí algo y una marca se interesó en participar. Yo entonces hago el enlace.
Obviamente no les cobramos por estar presentes, pero sí buscamos premios y otras motivaciones para los torneos, que pueden ser amistosos o competitivos.
NP: Entonces, ya tenemos conformado a Padeleras. ¿Qué es lo que viene? ¿Cómo lo ves? ¿Cuáles son sus perspectivas a corto, mediano y largo plazo? ¿Cómo ves que crezca, que se transforme en algo más?
MG-Padeleras: Sí, yo creo que el club deportivo lo diseñé y lo creé pensando en los concursos, en participar en proyectos. Y poder dar a las mujeres que participan más opciones y posibilidades de jugar pádel en un mundo donde este deporte es muy caro. Así que la idea es tratar de tener precios de cancha accesibles, productos accesibles, academias accesibles, que no llegues a fin de mes y digas: «Chuta, me gasté la mitad del sueldo en puro pádel», sino que puedan hacerlo de manera sostenida y moverse constantemente.
No solo quiero que jueguen un tiempo y después lo dejen, ya sea por falta de recursos o una lesión, sino que también se preocupen de una formación más integral. No solo ir, jugar pádel y ya, sino que puedan asistir a una academia donde puedan aprender, hacer ejercicios físicos. Creo que, postulando a estos fondos concursables, vamos a poder hacer más cosas.
NP: ¿Cuál es tu visión sobre el pádel actual, en general, y cómo lo proyectas en el futuro? Me refiero tanto al crecimiento de jugadores como a lo que vemos en la televisión y la mediatización del pádel. ¿Crees que seguirá creciendo o que su popularidad disminuirá un poco? ¿La moda dejará de ser solo una moda?
MG-Padeleras: Hoy en día, muchos dicen que el pádel es una moda, y en parte, lo es. Hubo un boom en un momento, y ahora siento que ha bajado un poco. Muchas personas que quisieron probar el pádel han vuelto al tenis, por ejemplo. El tenis está lleno. Aquí en Chile, existe una línea competitiva, que es la FEPACHI, la cual organiza sus torneos y clasificatorios y va agrupando a todas estas personas que desean jugar al pádel de forma competitiva. Eso se mantendrá y seguirá creciendo, especialmente porque están muy orientados también a los jóvenes. Hay un grupo de proyección muy bueno que está funcionando en Viña y que ojalá también podamos ampliar aquí en Santiago de la mano de padeleras para fomentar el crecimiento del pádel desde las categorías inferiores hacia arriba.
NP: Y en términos recreativos, ¿crees que la participación bajará? ¿Se mantendrá? ¿Cómo ves el flujo de gente interesada en el pádel a nivel recreativo? Siempre que los precios sean accesibles, el pádel recreativo seguirá. ¿Qué opinas sobre los precios actuales?
MG-Padeleras: Ahora hay de todo. Existe una oferta lo suficientemente atractiva como para que cualquiera pueda acceder a él, y dependiendo de dónde se quiera mover, porque puedes moverte a distintos lugares de la región metropolitana con distintos precios. Pero la idea es que eso vaya bajando un poco, para que todos puedan jugar y jugar más veces.
NP:¿cuál es la perspectiva de la comunidad, especialmente desde tu visión de la mujer en el pádel? ¿Dónde la ves? ¿Cómo ves qué carencias se tienen que suplir para que sea más equitativo? Bueno, el pádel es uno de los deportes más equitativos, en términos de participación. Es aproximadamente un 55-45, lo cual no sucede en muchos otros deportes.
MG-Padeleras: En Chile, tenemos exponentes maravillosas del pádel femenino con las que he tenido la suerte de trabajar desde la psicología deportiva. Hay muy buenas jugadoras, ya sea en categorías senior o libre, y están mostrando un gran potencial y ya están dando frutos.
Es importante trabajar con las niñas, porque necesitamos preparar un semillero de jugadoras para el futuro. Va a llegar el momento en que algunas de las jugadoras actuales, ya sean senior o de categoría libre, no estén tan competitivas como al principio debido a los años en la competición.
NP: ¿Y cómo ves la necesidad de un recambio generacional de niñas y mujeres jóvenes que jueguen más profesionalmente, dentro de lo que se puede en Chile? ¿Existe ese éxito?
MG-Padeleras: Lo que veo en las categorías menores es que hay muchos niños y pocas niñas. Se nota la diferencia. Mi hija, por ejemplo, tiene 10 años, está empezando y todavía no tiene compañera de juego, mientras que los niños de su edad, como los que entrenan con Víctor Escalona, están muy avanzados. Los chicos de 12 a 14 años están jugando a un nivel muy alto, casi profesional, mientras que las niñas están un poco más retrasadas en su incorporación, aunque también hay buenas exponentes.
NP: ¿Consideras importante que este tipo de iniciativas existan en regiones más distantes? Porque una de las limitantes también es el traslado para competir.
MG-Padeleras: Sí, definitivamente es importante. Existen grupos de mujeres en regiones. Recuerdo bien que en esos mismos años se constituyeron algunos clubes en Quillota, Talca, Curicó. Nos fuimos contactando también entre nosotras, intercambiando información. Hay grupos muy buenos y hay comunicación entre las distintas organizaciones en distintos lugares. Ahora las veo un poco menos, pero sé que existen en regiones.
Nosotras, estando constituidas en la región metropolitana, encontramos difícil salir a regiones; eso nos limita porque los concursos son regionales. Sin embargo, sí existen movimientos femeninos de pádel en otras regiones. Y, volviendo a la pregunta anterior sobre las niñas y las menores, es importante tratar de incentivar también su interés por el pádel.
Por otro lado, mi objetivo y mi visión también incluyen a las mujeres comunes y corrientes. Mi enfoque es más recreativo que competitivo. El deporte se divide en competitivo y recreativo, y yo me inclino más hacia el recreativo. Quiero que la persona que vive aquí al lado, que pasa todo el día cocinando, pueda venir a jugar un partido de una hora, donde tenga que vestirse de deportista y sentir que está haciendo deporte. Y que vaya mejorando, porque eso es muy beneficioso para la salud física y mental.
Como psicóloga, la salud mental es el foco y el centro de todas las acciones relacionadas con ser padelera, así que todo está muy alineado con eso.
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